Divinitatis templum

Ya el Sumo Padre, Dios arquitecto, habrá fabricado con leyes de arcana sabiduría esta mansión mundana que vemos, augustísimo templo de la divinidad. Había embellecido con espíritus la región supraceleste, había dotado de animación eterna los etéreos globos, había poblado con una turba de animales de toda especie las partes fermentantes y viles del mundo inferior. Sin embargo, consumada la obra, deseaba el artífice que hubiera alguien que ponderara la razón de tan grande obra, amara su belleza y admirara su vastedad. Por ello, cumplido ya todo –como Moisés y Timeo lo testimonian– pensó por último en producir al hombre.

    Giovanni Pico della Mirandola, Discurso sobre la dignidad del hombre, p. 205.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *