IDIOTA.- Has entendido magníficamente, orador. Por eso, quienes consideran que la sabiduría no es sino lo que pueden aprender con el intelecto, y que la felicidad no es más que la que es por ellos alcanzable, esos están muy lejos de la verdadera sabiduría eterna e infinita, e incluso están orientados a una cierta quietud finita, donde piensan que se encuentra la alegría de la vida, pero ciertamente ahí no está. En consecuencia, percatándose de estar engañados, se atormentan, porque allí donde pensaban que estaba la felicidad, a la que se habían dirigido con tanto esfuerzo, se encuentran en tormento y muerte. La sabiduría infinita es alimento indefectible de la vida, del que vive eternamente nuestro espíritu, el cual no puede amar otra cosa que la sabiduría de la verdad.
Nicolás de Cusa, Diálogos del Idiota, Libro I La sabiduría
Comentario:
A manera de ejercicio Socrático, el Idiota trata de dar a entender al Orador, como su concepción de una vida sabia y feliz está en detrimento de su posibilidad de acceder a la verdadera sabiduría “alimento indefectible de la vida”. A su vez, que da cuenta del riesgo en que cae toda naturaleza intelectual de no vivir conforme a ella.
Considerando la sobre entendida docta ignorancia, por la cual a lo mucho podemos afirmar la comprensión de nuestra incomprensión del Absoluto, en este fragmento Nicolás de Cusa nos abre la posibilidad de una nueva certeza: el conocimiento de la sabiduría a través de la existencia propia.
Siguiendo las palabras del Idiota: “Todo intelecto desea ser. Su ser es vivir, su vivir es entender, su entender es alimentarse de la sabiduría y de la verdad.”
En un sentido concreto, si el hombre desea acceder a la vida verdadera tiene que afirmar su existencia como un reconocimiento de la sabiduría a través de un reconocimiento de sí mismo como imagen de ella, lo cual consistirá en la búsqueda constante de la imagen de la cual procede, o mejor dicho, en la inclinación natural del intelecto hacia su modelo o hacia su verdad. Siempre con la clara certeza de que el Absoluto es, de suyo, incomprensible.
Esta actividad que se puede entender como una suerte de identificación de la identidad entre la verdad y la inquieta inclinación de la mens del hombre por conocer su modelo, es donde se encontraría cifrada una vida de sabiduría y felicidad si seguimos los pasos del Idiota.